viernes, 4 de mayo de 2012

Guerra de las faldas.


Fuente original...
Rafael Sánchez Cárdenas | perspectivaciudadana.com | 04-05-2012
   
Estas elecciones nacionales van tomando un perfil especial cada día que vemos pasar. Las mujeres han cerrado sus puños. Están encabritadas, molestas. Y por momentos temerosas de que el futuro pueda ser peor para sus familias. La política las ha convoca.

Al parecer, guardan frescos en sus memorias los dolores de la gestión Mejía. Cerca del 60% de las mujeres, según las encuestas, se han alineado junto a Danilo Medina.

La toma de partido es tan radical como ostensible. Las dominicanas no están dispuestas a jugarse una lotería con el perdón solicitado. No confían en él. Pesa más la memoria, que las promesas y las denuncias. No hay trato posible.

Pero si grande era la desconfianza contra Mejía, la imputación gratuita contra las humildes servidoras domésticas acaba de convertir la desconfianza contra Hipólito en una auténtica guerra de las faldas. No hay boca de mujer que no haya expresado su cólera por el insulto. Lo del filete se ha transformado en una declaración de guerra.

Estimo que no menos de un 4 ó 5% de la fuerza laboral corresponde a las trabajadoras en servicios domésticos. Aquellas que cambian pañales, bañan y cuidan a niños (as), cocinan, asean la casa, lavan  y planchan la ropa de la familia como si fuera propia. Son el brazo armado de las señoras de clase media y alta y no tan alta. Muchas de ellas son casi parte de esas familias.

¿Por qué el insulto?

La rudeza contra las mujeres es repetitiva, consistente. Descalificadas. Y los medios han recogido con esmero cada episodio, en cada uno una víctima.

Entre recuerdos de aquel pasado e insultos persistentes, las mujeres han asumido el reto que Mejía le ha planteado. Esta campaña electoral no es otra cosa que la guerra de las faldas contra el PPH. A mayor indelicadeza de Mejía, más puntos para Danilo.

El destino de Mejía es la derrota, vencido por las faldas. Anótenlo.

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