miércoles, 11 de agosto de 2010

Crear una sociedad de oportunidades

Por Claudio Márquez

Un preámbulo de gratitud: Quiero agradecer por esta vía a todas aquellas personas y amigos que se interesaron por mi estado de salud, luego de una imprevista recaída. Nueva vez, estoy de pié. Gracias a Dios, a mi familia y al equipo médico que con tanta entrega y amor por la vida lograron atenderme en las clínicas Abel González y CEDIMAT, en Santo Domingo.

La propuesta de crear una sociedad de oportunidades, enarbolada en estos días por el licenciado Danilo Medina, debe entenderse como una especie de reto, es decir, de desafío, para quienes todavía creemos en la factibilidad de asumir un proyecto de nación destinado a encarar y resolver – sin dilaciones ni digresiones mayores – los problemas que hemos venido arrastrando durante décadas.

Como tal, esta propuesta parte de una visión crítica sobre el modelo de crecimiento económico de la sociedad dominicana y su necesario reajuste. Danilo Medina habla de promover un sistema económico en capacidad y en voluntad de integrar a la población a los quehaceres productivos y, por tanto, a una mejor forma de vida y participación social.

“Debemos trabajar por una economía que integre, que incluya, por una economía que dé oportunidades, que genere empleos y que formalice esta labor productiva”, propone el influyente dirigente nacional peledeísta en una coyuntura de evidente desgaste de las fórmulas tradicionales de gestión económica del Estado dominicano, y frente a la cual el empresariado nacional comienza a inquietarse, pero más que ello, a proponer cambios que garanticen la estabilidad y rentabilidad de sus inversiones.

El concepto de desarrollo en la sociedad del Siglo XXI evoca la necesidad de una definición estratégica en el que la organización y la participación de la gente sean ventiladas como parte de una dinámica en la que los frutos del crecimiento económico no se inclinen o ladeen hacia una sola rama de la estructura social.

Los dominicanos debemos optimizar crecimiento económico y tornar menos pesarosa la vida de la mayoría del país. Es el tipo de infusión que demandamos para emprender y asegurar el bienestar social más allá de las cifras contables del crecimiento en la economía.

En consecuencia, cuando el licenciado Danilo Medina, precandidato presidencial del PLD afirma: “Quiero trabajar para que los ciudadanos tengan poder de compra; ensanchar nuestro mercado interno para que las empresas produzcan más y prosperen más.”, está propugnando por la adopción de una nueva visión de desarrollo y crecimiento estratégico de la sociedad dominicana.

Danilo Medina sabe perfectamente que el país requiere de una plataforma de desarrollo diferente, que permita a su población participar de los frutos del crecimiento económico, de la estabilidad y el ascenso social.

Destacar, por ejemplo, que las vías de ascenso social en América Latina, quedaron paralizadas en la década de los ´80, al punto de quedar totalmente liquidada en los ´90, sugiere una reinterpretación de las políticas nacionales de desarrollo y de crecimiento económico, de manera que podamos evaluar y actualizar sin ningún tipo de prejuiciosos elementos negativos que inciden en el comportamiento económico de la nación.

“El modelo económico actual convierte a los jóvenes en excluidos sociales, en invisibles”, es lo que afirma Danilo Medina, porque este segmento de la sociedad dominicana no es visto ni tomado en cuenta como ente activo del desarrollo social.

En efecto, la sociedad dominicana de hoy expresa un acentuado grado de inequidad que debe ser considerado de manera racional por su clase política. No es verdad que lograremos salir airosos de esta situación mediante el protocolo estampado del “crecimiento económico”

Hay una visión crítica profunda en el pensamiento político y económico de Danilo Medina, por lo que hay más de una esperanza para vivir y seguir luchando.

Agosto 6, 2010.-

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