Nelson De Los Santos | perspectivaciudadana.com | 31-08-2011
El discurso de proclamación de Danilo Medina como candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, es una pieza de 10 páginas y 3,102 palabras, elegantemente elaborado, apasionadamente expuesto y lleno de una convicción que de seguro ha llegado a los corazones y las mentes de muchos.
Sin embargo, lo expone en un contexto social en que la mayoría de dominicanos ha perdido las esperanzas en los políticos y sus partidos. En medio de un clima de desasosiego, en que mucha gente seria ha claudicado o abandonado frente a la vorágine de los trepadores y demagogos; mientras otros se han sumado al carro del clientelismo político como medio de subsistencia.
La política ha sido convertida en uno de los negocios más lucrativos para unos pocos y medio de ascenso social para otros. Dejando atrás las utopías de los padres de la patria y de los grandes humanistas del mundo. La política al servicio del bien común hasta ahora ha sido derrotada por el accionar de políticos oportunistas que solo persiguen el lucro personal y de sus allegados. El clientelismo político y el rentismo dominan el ejercicio de la política y la función pública y han corrompido a una buena parte de la población.
El PLD fue fundado hace hoy más de 35 años por uno de los políticos más honesto, capaz y ético que ha tenido la Republica Dominicana: el profesor Juan Bosch. La ética de Bosch, considera una inmoralidad hacer política para lucrarse personalmente y la práctica de la política y la función pública solo se justifican si persiguen el bien común y la construcción de una patria de igualdad de oportunidades para todos. “Al gobierno se va a servir no ha servirse”, era una frase recurrente en sus discursos.
Reconozco con Danilo que los gobiernos del PLD encabezados por Leonel Fernández, han generado más riqueza y mas progreso para la nación que ningún otro de los partidos que le adversan (“Continuar lo que está bien”), pero comparto también la valentía con que proclama su gran rezago en el combate de la pobreza y la desigualdad social, así como en la misión de adecentar el ejercicio de la función pública. (“Corregir lo que está mal”)
Indudablemente que Danilo Medina está convencido de lo que predica y que tiene la determinación irrevocable de perseguirlo hasta sus últimas consecuencias. Pero no es menos cierto que las tres aberraciones que el declara como sus principales enemigos: la irresponsabilidad, la deshonestidad y la mentira han arropado casi todas las instituciones de esta sociedad, incluyendo a su propio partido.
Reconozco que lo anterior arroja serias dudas sobre la viabilidad de su proyecto, pero comparto su convicción de que se puede. Danilo proclama que esto no puede ser obra de ningún predestinado e invita a todos los ciudadanas y ciudadanos a que nos armemos de esperanza y les acompañemos a retomar la utopía de hacer posible lo imposible. A retomar el proyecto de nación de Bosch. En otras palabras, nos invita a participar activamente en la misión de “Hacer lo que nunca se hizo”.
Le tomo la palabra a Danilo, manos a la obra. Me sumo a su campaña.
•El autor es sociólogo, mercadologo y consultor empresarial.
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