Henry Molina | perspectivaciudadana.com | 16-11-2011
Entre las expectativas que hemos ido desarrollando los que nos decidimos a apoyar el proyecto de Danilo Medina como candidato a la presidencia por el Partido de la Liberación Dominicana, una muy especial es la imprescindible vinculación entre política económica y política social.
Nuestro candidato, siguiendo la experiencia brasileña, ha explicado en diversos escenarios y ocasiones que la prioridad de su gestión será la de erradicar el hambre, la desnutrición y la miseria, al tiempo que incorpora a cientos de miles de dominicanos y dominicanas a un empleo digno.
Incorporar a centenares de miles de familias a un empleo formal y a una calidad de vida digna implicará un aumento considerable del consumo interno, de nuestro mercado interior, que servirá de impulso a una escalada productiva, al crecimiento del producto interno bruto, por lo tanto el crecimiento de nuestra economía.
Vincular estrechamente la política social a la política económica y al desarrollo de la nación implica que, por ejemplo, programas que tienden a erradicar la desnutrición y el hambre, como los del desayuno escolar, el gabinete social y los comedores económicos, que en su conjunto deben rondar una inversión mensual muy superior a los mil millones de pesos (más de treinta millones de pesos diarios), deben ser coordinados de modo que el impacto de ese gasto social en la pequeña, la mediana y la gran empresa agropecuaria sea verificable y pueda concatenarse a otros esfuerzos de la política económica dirigidos a promover el desarrollo.
Para eso el Estado Dominicano debe ser gestionado de otro modo: hay que innovar tanto la concepción de la administración pública como la capacidad de gestionar con eficiencia, registros y parámetros confiables y pulcritud en el manejo de los fondos. La expectativa señalada, entonces, implica cambios muy importantes en la vida de nuestra población, en el tamaño y dinamismo de la economía y el la calidad del gobierno.
Santo Domingo, 16 de noviembre de 2011
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