Ramón Tejeda Read | perspectivaciudadana.com | 10-10-2011
Decía recientemente Danilo Medina que ‘’hay que buscar una salida justa a los salarios de miseria que devengan más de cuatro millones de dominicanos’’.
Advertía que ‘’en las condiciones actuales a la mayoría de la población trabajadora se le hace imposible tener capacidad para demandar bienes y servicios de calidad con el dinero que percibe cada quincena o cada mes’’.
‘’Con sueldos de ocho y diez mil pesos, como el que ganan los trabajadores del país, es imposible alcanzar las metas de desarrollo y calidad de vida que demanda la sociedad dominicana en los actuales momentos’’, enfatizaba el candidato peledeista, quien convocó ‘’a todos los sectores de la vida nacional a incorporarse a un proyecto que les permita encontrar una solución viable al problema en que vive más del 80 por ciento de la población trabajadora, que debe hacer malabares para sobrevivir’’.
“La preocupación de las organizaciones de la sociedad civil no debe ser por el control de los altos salarios; eso es lo de menos. La preocupación real debe ser por esos salarios de miseria que devengan casi en su totalidad los trabajadores’’, insistió Medina.
Y deja bien claro una cuestión capital al decir: ‘’Si se deja de lado este problema, República Dominicana no podrá alcanzar sus objetivos de desarrollo’’. “Sólo con un país de altos salarios podremos tener una población en capacidad de demandar bienes y servicios de calidad y generar más ingresos para el progreso y bienestar de los dominicanos”, indicó.
Y observe usted que el dramático llamado de Danilo Medina, correcto desde todo punto de vista, está hecho desde el punto de vista de la demanda de bienes y servicios y desde el problema de cómo vamos a conseguir nuestros objetivos de desarrollo económico y social.
La realidad es que Danilo está enfocando sobretodo un viejísimo problema de derechos humanos y de seguridad. De derechos humanos por cuanto está hablando de millones de dominicanos y dominicanas que no pueden satisfacer sus necesidades con los ingresos que perciben y, por otro lado, está avizorando los serios problemas de seguridad que le vendrán al país de no resolver semejante situación.
Porque, que quede claro: buena parte de la violencia social que padecemos tiene demasiado que ver con nuestros problemas de inequidad, de exclusión, de falta de oportunidades y de denegación de derechos económicos.
Santo Domingo, 10 de octubre de 2011
tejeda.ramon@gmail.com
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