viernes, 13 de enero de 2012

Una estrategia en quiebra


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Rafael Sánchez Cárdenas | perspectivaciudadana.com | 13-01-2012
La entrevista a Hipólito Mejía de esta semana en Uno + Uno ha venido a confirmar mis sospechas de que estábamos asistiendo al derrumbe estratégico de un proyecto político redivivo.

La pésima experiencia de gobierno de la que fue actor principal motivó, casi con seguridad, la necesidad de reivindicarse ante la población con un nuevo gobierno suyo, pero de corte diferente. El intento era de urgencia. La oportunidad, una sola.

Y en medio de esa premura, guiado por su instinto político, Hipólito desarrolló en principio una línea de acción contra el gobierno y el presidente Fernández que le permitió recoger la inconformidad popular, en un momento de aprietos del Ejecutivo.

Pero, simultáneamente, hizo la del Caballo de Troya contra el partido y su presidente, Miguel Vargas, entonces empeñado en la reconstrucción partidaria y el distanciamiento razonable del PRD-PPH con otra marca: el nuevo PRD.

En los entresijos de esa lucha interna perredeísta, Mejía sembró para siempre el primer pilar de su derrumbe estratégico, sin advertir sus amenazas. La historia del PRD es florida en sus trastornos para la unidad, como lo evidencia la carta pública de Miguel Vargas ante los torpes pronunciamientos de Hipólito en Uno + Uno.

Con una memoria de gobierno como punto débil, Mejía agregó un grave error estratégico en la gestión de la unidad del Partido. Tan sentida y temida tradicionalmente. El enfoque y los métodos usados en el manejo del eje de la unidad no podían ser peores.

Si horrible fue el primer error, decepcionante a plenitud ha sido la incapacidad para construir un relato creíble. Un discurso sostenible, capaz de generar ilusiones, esperanzas y razones que le distanciaran de la memoria de su anterior gobierno, llegando a “teorizarse” sobre el poder y la magia del carisma de Mejía, en desmedro de la importancia del discurso/relato.

Los objetivos de campaña se centraron exclusivamente en promover el descrédito del gobierno y del presidente Fernández, forzando y facilitando con ello las analogías y comparaciones del gobierno errático de Mejía con los mejor ponderados del presidente Fernández. Un terreno que en vez de dejarlo en las antípodas de la memoria social, ellos mismos han insistido en su reivindicación como modelo aceptable. Para tonterías políticas, nada mejor para perder.

Es fácil ver cómo los ejes temáticos de la campaña de Hipólito zigzaguean incesantemente. Del planteo económico catastrofista, a la política de las huelgas y los fraudes, hasta una campaña moralista de denuncia indiscriminada de corrupción, que le resta méritos. El tremendismo por divisa.

Sin unidad ni relato. Sin una memoria de gobierno presentable. Y un candidato tan intempestivo como incoherente, la bancarrota se ve en el horizonte.

Esta quiebra estratégica del hipolitismo encamina a Danilo Medina a un jaque mate. Y en primera vuelta.

Santo Domingo, 13 de enero de 2012

rsanchez.cardenas@gmail.com

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